Conociendo la Obra y Hogar I: Servicio Social-Psicología
Para compartir con ustedes el funcionamiento interno de La Obra y Hogar de San José, presentamos una serie de entrevistas hechas al Equipo. Comenzamos con nuestras queridas psicólogas, Guillermina y Laura.
¿Cómo viven ustedes el trabajo acá en la Obra y el Hogar desde su ser profesional como psicólogas?
Guillermina
Bueno, en realidad esto es fruto de muchos años de trabajo. O sea, ha sido una construcción y sobre todo una construcción comunitaria. Particularmente ir trabajando con el servicio social, ir viendo qué era lo que se iba necesitando en el Hogar desde la psicología. Hay un saber que el Hogar nos pide, un saber profesional, pero por otro lado está el cómo nos vamos ensamblando como comunidad para que la ayuda sea la mejor, la más profesional y la más acertada posible. Cada persona es un mundo, es una individualidad tan particular, tan rica… pero al mismo tiempo estamos dentro de una comunidad con determinados lineamientos. Por lo tanto para saber hacia dónde vamos es importante siempre escuchar, escuchar amorosamente y profesionalmente.
Laura
Sí, escuchar pensando que la persona es un todo. No es que por un lado está lo psicológico y por otro lo social cubriendo la necesidad de que le hagan un trámite o lo ayuden con lo básico sobre alimentación, vestimenta, salud, etc. Es un abordaje interdisciplinario por el cual cada persona que llega es contemplada como un todo, con su historia y uno trata de acompañarlo. Para mí, la escucha es importante, saber que hay algo más allá de una persona que te cuenta cómo está durmiendo, dónde está viviendo, qué hace en su vida… atrás de eso hay otra cosa. También es importante acompañarlos en lo que necesiten, porque casi siempre hay un padecimiento en el fondo de eso que te cuentan. Entonces, como profesional vas por ahí, tratando amorosamente de acompañarlo y renombrarlo como sujeto, porque eso es lo que queda perdido muchas veces en una persona que está en situación de calle… Y me parece que lo que tratamos todos los profesionales y no profesionales que trabajamos en el Hogar es devolver la calidad de sujeto, de ser persona.
Guillermina
¡Sí! Y que tengan un espacio que les sea propio. Porque ya sea con Laura o conmigo, que somos “el elenco estable”, para las personas que vienen asiduamente y piden vernos, son espacios propios y así los sienten, como “su” espacio.
Laura
Claro porque además uno trata de hacer un espacio de calma. La estructura profesional siempre está ahí, la escucha, siempre está, pero tratamos de marcar una diferencia generando un espacio de calma.
Guillermina
De calma y de consuelo en la medida que sea posible.
¿Cómo es la relación entre ustedes y las trabajadoras sociales?
Laura
La relación es la de un trabajo integrado. El Equipo Psicosocial es un todo. Porque trabajamos con la integridad del sujeto. No está separado lo social y lo psicológico.
Guillermina
Nuestra consigna es que el trabajo tenga un abordaje bio-psico-social y espiritual, porque somos una unidad.
En todo este deseo de abordar a la persona de modo integral y ayudarla se encuentran con algunos límites… ¿Cuáles son los desafíos que ustedes encuentran en esta tarea?
Laura
El desafío más grande por un lado es poder entender el límite de la práctica. Es decir, que no vamos a “salvarle” la vida a nadie, que no somos su mamá, ni somos superhéroes. Y por otro lado, es el saber escuchar lo que la persona quiere, no lo que a mí me parece. A veces pienso: “a mí me parece que tendría que tener trabajo…”; y me digo: “no, no, no… pará con eso”. Porque lo que me parece a mí y funciona en mi vida, puede que no funcione para la otra persona. Hay que estar agudizando el oído y escuchando atentamente: ¿qué es lo que esta persona quiere o necesita?
Guillermina
Y en esa línea también, el respeto por los tiempos que, para mí, es un desafío enorme. Porque los tiempos son tan distintos… Sí, en función de las posibilidades, sí, en función de la historia, sí, en función del contexto, pero los tiempos son distintos y es un desafío poder respetarlos y acompañarlos.
¿Hay alguna situación de alegría o algo que les gustaría agradecer?
Guillermina
Siempre es una alegría cuando el otro hace “insight”, cuando el otro puede ver su historia, su vida, no sé si de otra manera, pero sí con una mirada que le hace bien. Muchas veces llegan acá por diferentes situaciones que, no las vieron, no las pudieron pensar, no las pudieron discernir y de repente, más allá de todo el bagaje que cada uno trae, puede decir: “¡Ah! Era esto, esto me ayudó, esto me hizo bien, esto no lo había pensado por este lado”. La verdad lo intentan y vos ves que lo están intentando realmente y como a todos, a veces les sale bien y otras veces no llegan.
Laura
¡Sí! Es como yo lo pienso…. A veces hay “microalegrías” que son estas alegrías por los logros en lo cotidiano. Cuando ves que la persona puede reconocer algo de lo que se viene trabajando . Y, por otro lado, las alegrías por las historias que tienen un cierre, que vienen, se despiden, te dicen: “¡Chau, gracias, gracias!”, porque se encontraron con la familia y pudieron resolver algo. Yo las entiendo como “las alegrías por lo cotidiano”, es decir, más allá de todo el padecimiento que uno escucha, en un punto te da alegría saber que estás escuchando, que estás haciendo algo por esa persona y que ese algo tiene un eco del otro lado; y después están “las alegrías por las grandes historias” que tienen un cierre y un final todo lo feliz que puede esperarse.
Guillermina
Que salen “redonditas”.
Laura
Y que saben estamos y eso también es una fuente de alegría. Está bueno, ellos saben que nosotros estamos. Se pueden ir, pueden volver, pueden hacer bardo, no importa qué… Pero ellos vuelven y nosotros estamos acá.
¿Qué lugar ocupa la fe en esta tarea?
Guillermina
Para mí es clave. Es hacer la experiencia que, a pesar de mi límite, más allá de mi límite, está la gracia (que supone mi naturaleza) y me inspira la palabra adecuada… no sé cómo explicarlo, pero yo siempre digo: “Que el Espíritu Santo trabaje conmigo y entre los dos algo hacemos”
Laura
A mí me resulta difícil de explicar. Todo lo demás te lo puedo explicar bien, pero esto me resulta difícil. Yo lo veo como algo … no sé si “mágico” es la palabra… porque es un desafío enorme estar trabajando con los padecimientos de una persona que lo está pasando realmente mal, pero vengo con alegría a trabajar, lo disfruto y quedan mis problemas personales de lado… Hay algo de eso que debe estar trabajando dentro mío que hace que yo pueda hacer esto… no sé bien, no lo puedo describir bien…
Guillermina
Yo hace 22 años que estoy en el Hogar. A mí me encanta y no se me ocurre decir: “bueno, no voy más”.
Laura
¡Es eso! Y eso debe ser algo de la fe que se nos pone en juego en esto que nos pasa.
Guillermina
¡Sí! Y a mí me pasa muchas veces de estar escuchando a alguien y decir: “¡Qué regalo que esté escuchando esto!”, como siendo partícipe de este proceso. Porque es cierto que hay procesos que son hermosos y hay otros procesos que, aún dentro del dolor, conllevan un crecimiento de ambas partes
Laura
Yo siempre les agradezco a los muchachos que me cuentan su historia. Porque es como decís vos (Guillermina), somos privilegiadas. Además, es una responsabilidad, porque una vez que te comparten sus dolores, tenés que hacer algo.